TRAMO #16: Uyuni-Potosí

– CÓMO LLEGUÉ: Trans Turismo American (30 pesos bolivianos)
– CUÁNTO TIEMPO: 6 horas
– DÓNDE ME QUEDÉ: Hostal Koala Den (50 pesos bolivianos)
– CUÁNTOS NOCHES ME QUEDÉ: 3
– LUGARES ATRACTIVOS EN LA CIUDAD: Catedral de Potosí, Casa de la Moneda, Iglesia de San Lorenzo, Torre de la Compañia. 
– LUGARES ATRACTIVOS CERCANOS: Minas en el Cerro Rico.
– QUÉ PROBAR: K’alapurka.

(Mayo, 2009) Recién había terminado mi increíble recorrido por el Salar de Uyuni y ya me disponía a tomar un bus nocturno de Trans Turismo American con destino a Potosí, por el cual pagué PB/. 30, en un viaje que duraría 6 horas. Llegue de madrugada a la parada final del bus en medio de una avenida principal de la ciudad, desde donde compartí un taxi hacia el centro con un par de ingleses que conocí en el bus. Mi destino exacto fue el Koala Den, hostel escogido en esa ocasión para pasar unos días en Potosí. Sabiendo que llegaría en un horario inconveniente para recién ponerme a buscar un lugar para dormir, había realizado una reservación por teléfono antes de mi salida de Uyuni por una habitación triple que iba a compartir con los dos hermanos sudafricanos que conocí haciendo el tour por el salar. Yo fui el primer en llegar, porque el bus que ellos tenían que tomar salía 1 hora después que el mío, mientras tanto hice el check in y me entregaron las llaves del dormitorio que estaba preciso con todo lo necesario incluyendo nuestro baño privado con agua caliente y sistema de calefacción siempre valorado en las ciudades frías de altura. Luego de una hora aparecieron mis compañeros que luego de ponerse igualmente de confortables, que yo, en la habitación se acostaron con intención de aprovechar del buen desayuno temprano por la mañana. El costo no era tan barato como Uyuni, pero igual resultaba muy cómodo pagar PB/. 50 cada uno por la triple y el clásico desayuno, que en esta oportunidad además incluía omelettes.

Sábado cerca al medio día salimos a pasear un poco por la ciudad y sobre todo averiguar sobre los tours a las minas, en las alturas de la ciudad, para el día siguiente. Los agentes de turismo nos recomendaron que postergáramos hasta el lunes el plan de hacer el recorrido un día domingo, pues la probabilidad de encontrar gente trabajando dentro de la mina era muy reducida, perdiendo un poco de atractivo irla a conocer en esa circunstancia. Estando cercana la hora del almuerzo y nosotros con un poco de hambre nos fuimos a conocer el mercado local donde cada uno se pidió un suculento menú, por tan solo PB/. 10, que incluía sopa, principal y bebida. Saliendo de ahí volvimos al hostel haciendo una parada intermedia en un salón de video juegos donde nos quedamos jugando unos partidos en Play Station 2. Para la noche después de cenar en un buen restaurante llamado 4060 (MSNM a los que se encuentra Potosí) nos fuimos en búsqueda de algún bar o pub interesante, sin tener buenos resultados por lo que optamos volver al hostel a compartir con algunos otros huéspedes y posteriormente irnos a dormir. Conscientes que el domingo iba a ser tan o más tranquilo que el sábado salió la alternativa de ir a ver un partido de futbol de la liga boliviana, el Real Potosí equipo local que luchaba por el titulo se enfrentaba al colero, obteniendo un marcador de 4-0 al final del encuentro. La entrada para la segunda mejor locación del estadio costó PB/. 30 a cada uno de los que nos animamos a ir como opción de entretenimiento aquel día. Antes de acabar el día nos tomamos el tiempo de ver en el salón del hostel la película The Devil’s Miner , que habíamos conseguido en un mercadillo, como anticipo del tour que íbamos a tomar al día siguiente, de manera que pudiéramos entender más profundamente lo que íbamos a ver en la mina. 

Realizamos el check out el lunes temprano por la mañana dejando nuestras pertenencias en custodia mientras nosotros íbamos a conocer las minas. Primero nos dirigimos hacia la agencia Andes Salt Expeditions (la misma del tour por el Salar de Uyuni )donde habíamos hecho las reservas, un par de días antes, pagando un total de PB/. 70 cada uno por realizar el tour. Cuando estuvo junto el integro del grupo nos llevaron caminando hacia una casa cercana donde nos pusimos la indumentaria minera compuesta por ropa, botas, casco y linterna antes de subir a un pequeño bus que nos transportaría hasta el mercado minero a comprar “regalos” para los mineros y luego a una de las minas escogidas para adentrarnos. El recorrido es interesante, pero se puede observar las duras condiciones en que trabaja la gente y el gran esfuerzo que tienen que hacer para poder conseguir ser productivos, por ellos siempre verán con buenos ojos los obsequios que los turistas les llevan como hoja de coca, comida, agua o accesorios para su trabajo como explosivos. Uno de los personajes presentes en toda mina, no excluyendo la visitada, es el Tío, quien hace de guardián de los mineros en un lugar en el que Dios no los puede cuidar según su creencia, por estar debajo de la tierra. El recorrido terminó, pasada toda la mañana, fuera del socavón con una demostración del funcionamiento de los explosivos que normalmente emplean para trabajar en la mina. Nuestra vuelta en la ciudad fue para la hora del almuerzo, la que aprovechamos en comer unas picadas antes de regresar al alojamiento a recoger nuestras mochilas para seguir hacia la siguiente ciudad.       

Esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco tiene edificios coloniales de mucha importancia, en especial algunos relacionados a las órdenes religiosas. Sin embargo el principal motivo por el que llegan los mochileros es para conocer las minas existentes en el Cerro Rico, existente desde época pre colonial y muy rico en plata, estaño y otros minerales valiosos. La ciudad es barata como todo el país, pero resulta un poco más costosa que Uyuni,  aunque la infraestructura e instalaciones que ofrece suelen ser de mejor calidad y ello  justifica el incremento de los precios.

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